Implicarse de verdad con una mujer casada ¿valdrá la pena?
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"Gallina vieja da buen caldo, pero ...."
Según el refranero popular “Quien da pan a perro ajeno, pierde el pan y el perro”... ¡Y con razón! Una situación con la que me he encontrado con frecuencia en las experiencias, consultas y confesiones es esta: MUJER CASADA + SOLTERO LIBRE = HOMBRE JODIDO + MUJER SATISFECHA. Es más, según el registro de visitas, una de las búsquedas más frecuentes en Google que terminan a dar con esta santa casa es: “Cómo seducir a una mujer casada”. Por esto mismo voy a tratar este tema en abierto, para que conozcas las consecuencias que acarrean para un hombre soltero, como muchos de nosotros, el enamorarse, el implicarse o el sentirse atraído por una mujer casada, y siempre que ésta acepte y entre en el juego de la seducción. Lo primero que hemos de tener en cuenta, es que cada uno parte de una situación completamente diferente, de la cual vamos a hacer un dibujo aproximado a continuación:
HOMBRE SOLTERO: Sin cargas, con tiempo suficiente para poder dedicárselo a un trabajo, a sus amigos y a una pareja potencial. Un hombre que puede estar entre los 25-30 años, sin compromiso, independiente y que haya disfrutado de varias relaciones de pareja, pero sin haber llegado a un compromiso formal con ninguna mujer. Educado, con algo de mundo y no especialmente seductor, pero si con algo de experiencia.

Un hombre que puede estar entre los 25-30 años, sin compromiso.
MUJER CASADA: Marido, pero sin hijos, o con un hijo solamente, con una vida social basada en el entorno profesional, con poco tiempo para salir debido a sus cargas familiares, de pareja y hogar, pero con salidas esporádicas institucionalizadas con sus compañeros de trabajo, amigas o ambos. Hablamos de una mujer que va en edad desde los 30 a los 40 años, en su primer matrimonio, atractiva y sociable.
Podemos decir, que ella tiene cubiertas facetas como pueden ser: la profesional, el hogar, el confort, la maternidad (en el caso que tenga hijos con su pareja), la económica, las relaciones amistosas, etc. En el caso de él, podemos decir que tiene cubiertas las facetas profesional, las relaciones amistosas, la vivienda, la económica y la sexual condicionado a la mujer con la que esté. En apariencia, ninguno de los dos tiene carencias o necesidades que no puedan satisfacer en su entorno habitual, quedando claro que para ella, su vida sexual es algo que vive en pareja, y que la vida sexual de nuestro soltero, es más esporádica y menos habitual (en teoría), por lo que tendrá siempre un mayor impulso primario, encaminado a encuentros sexuales.
Al estar nuestro soltero con más tiempo para si mismo y sin cargas familiares, siempre tendrá más fácil el poder disfrutar de una agenda mucho más abierta, que la de la mujer casada para mantener un encuentro sexual. Ella tendrá que servirse de esos encuentros institucionalizados con sus migas o compañeros de trabajo, o bien de las ausencias de su pareja, o ausencias de sus hijos, para poder mantener un encuentro sexual esporádico fuera de la pareja.

mujer que va en edad desde los 30 a los 40 años, en su primer matrimonio, atractiva y sociable.
EXISTE UNA CLARA DESCOMPENSACIÓN: Según el modelo de puzzle de necesidades femeninas, ya de partida, ella por necesidad ha de dosificar los encuentros con un hombre, que tiene todo el tiempo del mundo para verla, y que demás, la desea. En este caso concreto, nuestro soltero se enamora, se siente fuertemente atraído por ella, se “encoña” con ella... O como lo quieras llamar. Adopta la famosa visión de túnel afectiva, debido a la dosificación de los encuentros, que ella por circunstancias ha de mantener por su seguridad. Nuestro soltero, al no tener cargas, puede permitirse el lujo de enamorarse, mientras que ella, quizás simplemente está llenando una sola faceta carente, que puede ser: la emocional, la intensidad, la novedad, la seducción o cualquier otra de las facetas, que pueda proporcionar lo que entendemos como un amante: aventura, misterio, novedad, atracción, etc.
Tenemos a un hombre soltero que se encuentra 100% receptivo, frente a una mujer, que solamente se encuentra receptiva en una sola faceta carente, de entre toda su totalidad. Una mujer que en total, ha satisfecho CONJUNTAMENTE con su pareja, familia, amigos, trabajo y AMANTE prácticamente todo su puzzle de necesidades. Esto quiero que lo tengas bien claro si alguna vez te has implicado con una mujer casada, o te ha pasado por la cabeza: mientras ella para él pueda ser el amor de su vida, él para ella es un amante... Y una mujer, jamás renunciará a su estatus actual por un amante, y más si hay hijos de por medio y quiere a su pareja. Mientras que por el lado de nuestro soltero, tenemos un hombre que solamente cubre facetas como puedan ser:la sexual, la emocional o la amistosa, condicionado por un CANDADO DE EXCLUSIVIDAD, a los encuentros esporádicos que puede mantener con la mujer casada.
¿Qué es lo que tenemos aquí? Un hombre enamorado y sin “llenar”, abierto a una relación de pareja, y a una mujer satisfecha con colmar con estos dosificados encuentros, carencias o necesidades puntuales, PORQUE EL RESTO DE NECESIDADES ESTÁN CUBIERTAS. Esta situación se da con mucha más frecuencia de la que pensamos, entre compañeros de trabajo, ex parejas, círculos de amigos donde hay varias parejas y amigos “impares”... Queda claro que no se debe generalizar, pero sabiendo esto y viendo las consecuencias que acarrea para nuestro protagonista “el soltero de oro”, el implicarse emocional y sexualmente con una mujer casada... ¿Es ésto lo que quieres? Dime querido amigo: Solamente tú tienes la respuesta, solamente tú sabes lo que tienes bajo la piel, qué es lo que ella significa para ti y el hasta dónde estarías dispuesto a llegar... ¿TE COMPENSA IMPLICARTE CON UNA MUJER CASADA QUE TE SIGUE EL JUEGO?
Un fuerte abrazo.